Key West: la leyenda del muñeco Robert
Key West es la ciudad situada más al sur de los Estados Unidos. Es uno de los lugares de vacaciones favoritos de los ciudadanos de Florida. En esta ciudad, encontraremos playas, sol, ambiente latino y uno de los mejores atardeceres que podáis imaginar. Pero Key West también tiene sus pequeños secretos. Hoy os voy a contar una leyenda de magia negra y superstición en la que un pequeño muñeco vestido de marinero es el gran protagonista. Os cuento la historia del muñeco Robert.
La leyenda del muñeco Robert
La historia comienza a finales del siglo XIX, con un niño que vivía con sus padres. Ellos eran los Otto, una acaudalada familia estadounidense. Esta familia decidió trasladarse a Key West, en el sur del país. Era conocido por todos que los Otto tenían la costumbre de tratar con mano dura a las personas encargadas del servicio de su hogar. Se decía que, en ocasiones, los malos tratos llegaban a ser incluso físicos. Fue precisamente una de las mujeres del servicio quien provocó los extraños sucesos que, aun hoy en día, siguen sucediendo.
Un día, la mujer de los Otto pilló a una de las mujeres que trabajaban en la casa realizando lo que a ella le parecía ser un rito vudú. En esta zona del país, este tipo de magia es muy común. La señora Otto despidió a la sirvienta de la misma. Antes de irse, esta mujer le regaló al pequeño hijo de la familia el muñeco de un niño vestido de marinero, hecho con paja y cosido con alambre. Algo que también tenía el muñeco, y que probablemente no le dijo a nadie, era cabello humano, del propio hijo de los Otto. El niño le puso su mismo nombre al muñeco y este se convirtió pronto en su mejor amigo.
Los dos Robert eran inseparables, resultaba imposible ver al niño sin estar en compañía de su amigo de paja y tela y muchas veces se escuchaba cómo Robert hablaba con su juguete durante horas, encerrado en su habitación. El niño incluso cambiaba la voz para responder como si fuera el muñeco RObert, o al menos eso creían sus padres…
Poco a poco, la relación de Robert con su muñeco se fue oscureciendo. Nadie sabe qué sucedió, pero comenzó a tenerle auténtico pavor. A veces, cuando sus padres entraban en su habitación, se encontraban a su hijo encogido en una esquina mientras su muñeco le miraba fijamente desde la cama. Los vecinos incluso juraron ver al muñeco Robert asomándose por las ventanas de la enorme mansión cuando los padres no estaban dentro. Fue entonces cuando comenzaron las pesadillas del niño, que juraba y perjuraba que el muñeco era capaz de moverse solo, que destrozaba el resto de juguetes y que en ocasiones se oía risas extrañas. Cuando sus padres preguntaban que qué había sucedido, el niño lloraba y señalaba al muñeco Robert como el culpable de todo.
Poco a poco, a raíz de todos estos acontecimientos, los sirvientes de la casa empezaron a despedirse y a irse de la casa, aterrados por los sucesos paranormales que ocurrían desde que el joven de los Otto tenía aquel muñeco. Finalmente, los padres intervinieron. Cogieron a muñeco Robert, lo metieron en una caja y lo guardaron en el ático de la mansión. Durante muchos años, el muñeco Robert permaneció encerrado en aquella caja.
Muchos años después, siendo ya adulto, los padres de Robert murieron y él heredó aquella majestuosa mansión en Key West. Se trasladó a vivir allí junto a su esposa. Se había convertido en pinto, y veía en aquel lugar un sitio perfecto donde inspirarse para sus obras. Después de un tiempo, encontró a su viejo muñeco Robert metido en una caja en el ático. A pesar de que a su esposa no le agradaba demasiado aquel extraño muñeco, Robert decidió recuperar a su viejo amigo de la infancia. Los dos restablecieron su relación y volvieron a hacerse inseparables. Fue entonces cual los sucesos paranormales volvieron a comenzar en aquella casa.
La esposa empezó a ver cosas extrañas en el muñeco Robert. Afirmaba que la expresión de su rostro cambiaba en ocasiones. Los niños de la zona comenzaron a evitar pasear por delante de aquella casa y muchos vecinos aseguraron ver al muñeco paseando por la casa cuando no había nadie en su interior. Viendo que todo el mundo rehuía de ellos, Robert decidió volver a guardar al escalofriante muñeco en su caja para devolverlo a su ático. A pesar de eso, muchos invitados seguían oyendo pisadas y risas provenientes de la parte alta de la casa.
Tras la muerte de Robert Otto, su mujer vendió la casa, dejando al terrorífico muñeco encerrado en su caja.
Poco tiempo después, una nueva familia se instaló en la vieja mansión de Key West. Fue la hija de esta familia quien encontró al muñeco Robert en su caja. La niña se encariñó con él y la sumó a su colección de juguetes. A Robert esto no le debió hacer mucha gracia. La niña comenzó a despertarse por las noches, dudando y gritando que aquel muñeco quería matarla. Los padres de la niña tomaron medidas de inmediato. Encerraron al muñeco en una caja y los trasladaron al Museo de Fort East Martello, dentro de la ciudad.
El muñeco Robert en la actualidad
En la actualidad, el muñeco Robert se encuentra en el museo Fort East Martello, en Key West. En este lugar, permanece expuesto, sentado en una urna de urna de vidrio, sentado en una silla. Muchos visitantes y empleados del museo aseguran haber visto al muñeco Robert moverse dentro de su pequeña vitrina. Se dice también que, si intentamos sacarle una fotografía o un vídeo, las cámaras dejan de funcionar o las fotografías salen movidas. Si queremos una foto con él, primero deberemos pedirle permiso educadamente. Si veis que mueve la cabeza, es que tenemos permiso, si no, más vale que no lo hagáis, se cuenta que si le tomas una fotografía sin su permiso, una terrible maldición caerá sobre ti.
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