Hoi An: la ciudad del millón de estrellas
En el centro de Vietnam, a tan solo unos metros de la costa, se encuentra una de las pequeñas joyas del continente asiático. Con una superficie de apenas sesenta kilómetros cuadrados, la ciudad de Hoi An es considerada la más bonita del país y una de las paradas obligatorias para cualquier aventurero que se anime a conocer Vietnam. Esta pequeña localidad reúne un sinfín de atractivos para los viajeros, unas atracciones que en ningún caso empeñan el velo de magia y tradición que cubre la ciudad. Hoy os voy a hablar un poco más de nuestra experiencia en Hoi An, una espectacular ciudad de día que, por la noche, muestra su magia.
El cielo estrellado de Hoi An
Imaginad pasear a plena luz del día bajo un cielo estrellado. Imposible, ¿verdad? Pues no es así en Hoi An. Lo primero que te llamará la atención al llegar a esta ciudad es cómo sus calles, sus casas y sus comercios están adornados por miles de farolillos de todos los tamaños y colores. Estos farolillos, hechos a mano, son una de las imágenes más características de la ciudad. Podemos verlos por todas partes e incluso podremos comprarlos en la mayoría de comercios de Hoi An. Eso sí, conviene recordar que algo que resulta precioso en una ciudad en el otro lado del mundo puede no resultarlo tanto en el salón de tu casa…
Visita a las pagodas y a las casas de comerciantes de Hoi An
Una vez hemos alucinado con el cielo de Hoi An, toca poner la vista en la tierra, un lugar donde tampoco pierde el encanto. Antes de comenzar, un pelín de historia (lo siento). Es necesario saber que hace siglos esta ciudad fue una importante colonia mercantil china y japonesa. Por esto mismo, Japón y China están representados a lo largo de toda la ciudad y los dos barrios están separados y bien diferenciados por el río Thu Bon, que atraviesa la ciudad. Es precisamente por uno de los puentes une las dos márgenes del río por donde comenzaremos nuestra visita a la ciudad. El Puente Japonés, construido por los comerciantes, es uno de los grandes atractivos de la ciudad. Eso sí, no es gratuito. Junto al puente podremos comprar los tickets que nos servirán para cruzar el puente y visitar el resto de puntos importantes de la ciudad. Por 120.000 dongs (4,5 euros) tendremos acceso a cinco de los edificios más importantes de Hoi An.
Hoi An es una ciudad tranquila, al menos si lo fue cuando nosotros la visitamos. Tal vez tuvimos suerte… Es fácil de recorrer y sin demasiado tránsito. Ese es uno de sus encantos. En su casco antiguo es donde se concentran la mayoría de templos y edificios de interés. Aquí visitaremos las impresionantes pagodas y las antiguas casas de los comerciantes. Algunas de las pagodas más importantes de la ciudad son el Templo de la Congregación China de Fujian, la Pagoda Phuos Lam o el Templo de Trien Chau
El río Thu Bon
Una vez finalizado el recorrido por el casco antiguo de la ciudad, nos daremos de bruces con el río Thu Bon. Este río está lleno de vida y este es un buen lugar para tomar algo y recargar pilas mientras disfrutamos viendo las diferentes barcas y botes que circular por el agua.
Otra de las visitas obligatorias de Hoi An es la de su mercado. Es un mercado mucho más pequeño que el de otras ciudades más importantes como Ho Chi Min o Hanoi. Precisamente por este motivo uno puede disfrutar más de su autenticidad. En el mercado veremos cómo mujeres de todas las edades preparan y venden pescado, carne o verdura… un regalo para cualquier amante de la fotografía.
La magia del Hoi An nocturno
Si durante el día Hoi An es espectacular, por la noche logra subir de categoría. Cada uno de los farolillos que hemos ido viendo durante el día cobra luz propia y tiñen la ciudad de color y encanto. Miles de estrellas de madera y seda se convierten en las protagonistas de la ciudad. Rojas, amarillas, verdes, moradas… una infinidad de colores transforman el cielo de Hoi An en un logar único bajo el que pasear.
Por la noche también se pone en marcha el mercado nocturno de Hoi An, un impresionante conjunto de pequeños puestos donde podremos comprar de todo. Literalmente. Desde mazorcas de maíz hasta cientos de souvenirs de todo tipo.
Al igual que durante el día, uno de los grandes atractivos del Hoi An nocturno se encuentra en las orillas del río. Los botes que hemos visto antes, también decorados con luces de colores, surcan las aguas del Thu Bon cargados de viajeros. Mientras tanto, en tierra firme, entrañables octogenarias aprovechan la noche para vender pequeñas velas para lanzar al agua mientras pedimos un deseo.
Hoi An es probablemente una de las ciudades más bonitas que he tenido la suerte de visitar. Tanto de día como de noche, este lugar es especial en todos los sentidos, nada que ver con el resto de ciudades que pudimos visitar en nuestra aventura por Vietnam. Sin duda, Hoi An y sus farolillos deben ser una visita obligatoria para todo el que visite el país.